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Cierro los ojos, escucho; silencio, respiras, sonrío, me oyes, empiezas a hablar, te empiezo a imaginar aquí conmigo, pienso; no queda nada para estar contigo, y vuelvo a sonreír, suena un te quiero que me eriza la piel, abro los ojos y ya no te veo, pero sigues estando ahí, te sigo escuchando, cada palabra, cuando más la necesito, cuando más te necesito.

D.

Va quedando menos tiempo para que se encuentren nuestros ojos, nuestros brazos, nuestros labios, nosotros. Menos tiempo para vernos otra vez, para estar juntos por fin, para tenerte cerca una vez más. Queda poco para verte día y noche, pasarme cada minuto contigo, hablar cara a cara de una vez, pasear a tu lado… Queda poco, muy poco.

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Es  el sonido de tu voz, tu risa, tu respiración, es oír las cosas que dices mientras tengo los ojos cerrados e imaginar que realmente está pasando, que de verdad estás aquí conmigo, que puedo verte, sentirte cerca… y cada vez que pasa me estremezco, cierro los ojos, te escucho, en silencio, intentando ver cada cosa que vas describiendo, pensando cómo será el día que realmente pase, el día que te vea, que esté contigo de nuevo, el día que te tenga cerca otra vez.